Respetar las palabras

Brendan Boyle
4 min readMar 26, 2023

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Siendo un irlandés en España es algo que no me debe molestar. Pero me molesta. La invasión del inglés en España ha sido discreta y agresiva a la vez sin haber un Zelenski para frenarla. Impulsado por un capitalismo imparable, llega a niveles asfixiantes durante las campañas comerciales. Cada año hay más ruido y menos sustancia.

Ahora hay brunch y afterwork, escaparates repletos de eslóganes en inglés, artículos en la prensa con palabras como the establishment que ni muchos angloparlantes entienden. El escritor americano William Zinsser hablaba de la importancia de “respetar las palabras”. Se ve que en España se está dejando de respetarlas.

Un reportaje alarmante en El País contó que, en octubre 2022, 121 de los 185 comercios en Gran Vía tenían nombres ingleses o usaban eslóganes en inglés. La calle más icónica y prestigiosa del país se está convirtiendo en una zona comercial sin identidad. Ahora lo único que diferencia Gran Vía de sus equivalentes de Londres, Berlín o Paris es el termómetro en verano.

Resulta paradójico que el nivel del inglés entre españoles siga siendo uno de los peores en Europa. El informe del Índice de Dominio del Inglés EF EPI 2022, elaborado por EF Education First, coloca a España (33) entre los últimos puestos de los países europeos, detrás de Portugal (9), Grecia (14) e Italia (32). Los resultados indican que usar el inglés en nombre de marketing y esnobismo es más importante que entender lo que se está diciendo.

No Sunday in Spain is complete without Jason Statham

El uso superficial del inglés ya ha invadido nuestros hogares también. Ahora en la televisión española hay programas como This is philosophy (supongo que “Esto es filosofía” no sería suficientemente cool). Que todas las películas de Estados Unidos y el Reino Unido sean dobladas tampoco va a ayudar a mejorar el dominio del inglés — fuera de las grandes urbes españolas sigue siendo difícil encontrar películas en su versión original con subtítulos.

Al fin y al cabo hay una realidad innegable: el dinero pesa más que las palabras. “Una bakery va a ser más molona y te puede cobrar más,” dice Elena Álvarez Mellado, lingüista investigadora de la UNED en el ya mencionado reportaje. El hecho de que no sepamos realmente lo que es Black Friday importa poco. Mientras tanto, las marcas siguen aprovechando del clasismo lingüístico que ha impregnado la sociedad española porque mucha gente está dispuesta pagar más para sentirse superior.

Ahora la RAE reconoce palabras como Táper y wasap. Que la institución responsable de la protección del idioma acepte versiones coloquiales y fonéticas de marcas globales como Tupperware y WhatsApp me parece preocupante. Sin resistencia no hay protección.

Llevo ocho años aprendiendo castellano. Aquel hombre en Dublín tenía poco más que las palabras para saludar o despedir a alguien o pedir una cerveza. He invertido mucho dinero y muchas horas desde entonces — me ha cambiado la vida. Lo que me molesta, después de este esfuerzo continuo y tantos momentos de sentirme gilipollas después de soltar algo como “me baño con sopa” (false friend de “soap”), es el uso innecesario o el uso out of context del inglés que veo todos los días en la prensa y el mundo comercial.

The Spanish language needs new words

Como Irlandés entiendo bien el complejo frente a los países como los Estados Unidos y el Reino Unido. Históricamente, la sociedad irlandesa valoraba más lo que venía de fuera. El aura de Los Beatles y John F Kennedy era de otro mundo para nosotros. Nos sentíamos inferiores. Ya no. Después de años leyendo titulares sobre Trump y tiroteos, Boris Johnson y Brexit, estamos arrancando ese complejo. Es más, una nueva generación, la de Sally Rooney y Paul Mescal, está coincidiendo con el renacimiento de la lengua irlandesa. Hay esperanza.

Como nos recordaron los Premios Goya hace poco, España es un país con un patrimonio cultural y lingüístico tremendo. Hay escritores que me hacen sentir agradecido por haber aprendido castellano para poder saborear sus palabras en sus formas más puras.

Aunque haya muchas empresas españolas como Glovo y Wallapop reconocidas mundialmente por su tecnología, aún falta mucha innovación en unos de los elementos más básicos de la vida: las palabras.

Con tantas nuevas tecnologías en el mundo, el castellano se necesita modernizar para protegerse. No debe depender de otros idiomas para sobrevivir en la era digital.

Sin no es capaz de frenar la invasión, estaría dejando su futuro en manos de others.

@BrendyBoyle

Brendan Boyle es un escritor irlandés que vive en Pontevedra, Galicia. Escribe sobre España para The Local Spain y otros medios.

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Written by Brendan Boyle

Irish - living in Galicia. Write about Spain, its cities and culture; real people and places; current affairs. Supporter of real journalism.

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